FUENTE: hacesfalta.org
El turismo y el cambio climático se convierten en depredadores de los espacios naturales. Forbes publica la lista de los destinos más amenazados del mundo. Si eres amante de la naturaleza, mejor confórmate con verlos en postales.
No todos los destinos son una buena opción para pasar las vacaciones. Visitar rincones como el parque de los Everglades en Florida, las Islas Galápagos, el valle de Katmandú en Nepal o Luxor en Egipto puede no ser una buena idea, porque, tal y como explica la revista Forbes, algunos ya no se pueden recorrer debido a las restricciones y accediendo a otros podemos contribuir a su degradación.
En las últimas cinco décadas, el fenómeno del turismo ha pasado de desplazar 25 a casi 700 millones de viajeros al año, y a lugares cada vez más remotos, según datos de la Wikipedia. Un fenómeno de tal magnitud y con una expansión tan rápida, lógicamente, ha generado impactos allá donde se ha establecido.
Según el informe 'La Situación del Mundo' del Worldwatch Institute, la sobreexplotación turística que han vivido destinos como las Islas Galápagos ha podido contribuir a que hoy día algunos de los lugares más paradisíacos del mundo se hayan convertido en parajes en un grave estado de degradación.
La fundación Charles Darwin explica, por ejemplo, que las más de 120.000 personas que recibieron estas islas de la costa de Ecuador el verano pasado pueden ser las responsables de las complicaciones que sufren las especies marinas de la zona. Los turistas traen consigo gérmenes a los que las tortugas, iguanas o leones de mar de las Galápagos no son inmunes.
Otro enemigo de los parajes naturales es el calentamiento global. Éste está, por ejemplo, acabando con el parque nacional del Glaciar de Montana. Según los datos del Worldwatch Institute, en este espacio, que tiene más de 130 lagos y un millar de clases de plantas diferentes, se han derretido la mayor parte de los 150 glaciares que se contabilizaban a mediados del siglo diecinueve. Las perspectivas, además, no son nada halagüeñas Se espera que en 20 años no quede ni un solo glaciar en el parque.